Todos en la vida llegamos a un punto de inflexión. Una cúspide positiva o negativa. Así como el empleado que llego a ocupar un cargo de gerencia o el bebedor social que se transformo en alcohólico.
En este punto pensamos ¿que mas nos puede ofrecer la vida?. Entonces los temores inundan nuestra sutileza, al vernos mas cansados y agotados de haber hecho el esfuerzo supremo de llegar donde estamos.
El idealismo positivo sugiere una causa de voluntad propia que conduce al ser humano a crearse imagenes, muchas de ellas ficticias, que podrían ser alcanzadas o no.
Lo que deseo compartir contigo explora la profundidad del alma. Una realidad tangible, una verdad absoluta.
Sugiero que la religiosidad te abstrae de la esencia de la verdad, y por tanto, considero a Dios como una verdad verificable y no como un elemento religioso.
Todos en un punto necesitamos de algo, o de alguien que nos ame. Pero que nos ame sin condiciones, sin especulaciones.
Al entender este principio, he comprobado que Dios me ama como soy. Y esta verdad no implica una transformación equivocada de mi realidad, sino una transformación real de mi decisión, que hasta entonces era equivocada.
No hay verdades a medias, Dios es la verdad y conociendo a Dios, seras verdaderamente libre.
JLR
